lunes, 7 de septiembre de 2009

El Macá Tobiano en problemas

Nuestra Patagonia es uno de los escenarios silvestres más extraordinarios del planeta. Es bien sabido que su singular diversidad biológica y sus paisajes inigualables han generado el interés de aventureros, investigadores y turistas que recorren grandes distancias en su afán por conectarse con esta tierra mágica. Además, industrias como la energética, la pesquera y la ganadería ovina tienen en estas tierras australes grandes extensiones donde desarrollarse.

Años atrás se elaboró un indicador de desarrollo global que conjuga variables para determinar la calidad de vida de las naciones. Entre ellas figura el número de especies de aves silvestres amenazadas en un país, región o provincia.

Esfuerzos recientes de Aves Argentinas y la Secretaría de Ambiente de la Nación indican que el número de especies de aves silvestres amenazadas de nuestro país se viene incrementando. Una de ellas es el Macá Tobiano. Este zambullidor, descripto para la ciencia hace solo 35 años, es endémico de la Argentina y exclusivo de la provincia de Santa Cruz. Durante el verano habita increíbles lagunas ubicadas en mesetas volcánicas del oeste de la provincia e inverna en los maravillosos estuarios de ríos que desembocan en el Mar Argentino.

En una reciente campaña impulsada por la organización no gubernamental local Ambiente Sur y respaldada por Pro Natura de Japón y Aves Argentinas, sus integrantes han tenido la sorpresa de comprobar en el terreno una sospecha que venían alimentando en los últimos años: las poblaciones de Macá Tobiano están declinando aceleradamente. Los investigadores, que recorrieron exhaustivamente la geografía de las mesetas de los lagos Buenos Aires y Strobel, habrían estimado que la reducción poblacional sería de al menos un 50 %, siendo ya una especie infrecuente o ausente en muchos de los cuerpos de agua donde otrora solía nidificar o concentrarse en agrupaciones de varios cientos de individuos.

El desecamiento de un cantidad importante de cuerpos de agua, la introducción de truchas exóticas que podrían estar modificando las condiciones de su hábitat, la voladura de suelos y el evidente impacto en la región que ocasionara la erupción del volcán Hudson hace 17 años, podrían estar conspirando contra el futuro de esta especie que, en la década de 1980, fue una de las principales banderas conservacionistas.

Considerando que la fauna silvestre es propiedad de los estados provinciales y que el Macá Tobiano ha sido declarado monumento natural provincial, sería altamente deseable que la provincia de Santa Cruz asuma el liderazgo en la toma de medidas concretas para crear áreas naturales protegidas que incluyan los cuerpos de agua habitados por esta especie, como parte de un plan de acción en el que seguramente las siempre presentes entidades de la sociedad civil no dudarán en acompañar.

Esa misma sociedad santacruceña que por sentirse identificada con esta especie ha bautizado con el nombre Macá Tobiano a clubes deportivos y a diferentes comercios, y miles de observadores de aves que recorren la Argentina y colaboran con las economías regionales, también aplaudirán medidas que den respiro a nuestra naturaleza. Máxime si, como decíamos al principio, ese respiro también mejora nuestro perfil como sociedad desarrollada.

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