lunes, 21 de septiembre de 2009

Aves en Río Negro

La conservación de la naturaleza tiene en la creación de áreas protegidas uno de sus principales aliados. Por este motivo, la federación BirdLife International impulsa el programa global Áreas Importantes para la Conservación de las Aves, que viene identificando unos 15.000 sitios claves para la conservación de las aves y ambientes del planeta.

Aves Argentinas está coordinando esfuerzos colectivos que arrojan una información esperanzadora: nuestro país aún cuenta con 273 áreas valiosas para las aves, conocidas como AICAS o IBAs, por sus siglas en inglés. Sin embargo, no todas ellas están protegidas y ello es imprescindible si queremos fortalecer, por ejemplo, la industria del turismo ornitológico que la Argentina ha comenzado a promover recientemente.

En nuestra Patagonia, por ejemplo, la provincia de Río Negro cuenta con cinco de estas áreas, que son los sitios locales de mayor biodiversidad. Cuatro de ellas están legalmente amparadas; la única que aún no lo está, casualmente se llama El Cóndor.

Ubicada en la desembocadura del río Negro y próximo al balneario conocido como Villa Marítima El Cóndor, cuenta con la mayor riqueza de aves del nordeste de la Patagonia: 164 especies, de las cuales nueve están globalmente amenazadas, como el ñandú, el pingüino patagónico, el albatros de ceja negra, el petrel gigante, el flamenco austral, el cauquén colorado, la gaviota cangrejera, el cardenal amarillo y la loica pampeana.
Por otro lado, a lo largo de 12 km de acantilados, se alberga una colonia mixta de nidificación para loros barranqueros, golondrinas y diversas aves rapaces diurnas y nocturnas, que cumplen roles claves en los ecosistemas. Este espectáculo natural incluye el sitio de reproducción de loros más grande del mundo, sumando unas 35.000 parejas.

El valor paleontológico de estos acantilados, con pisadas fósiles de los caballos más antiguos de América del Sur e importantes poblaciones de mamíferos marinos como las franciscanas, toninas overas, orcas y lobos marinos hacen, de El Cóndor, una de las cuatro regiones naturales más importante de la costa patagónica, comparable a Península Valdés, Punta Tombo o Cabo Vírgenes.

Sin embargo, esta área maravillosa se encuentra sujeta a una serie de amenazas, como el desmonte y una demanda creciente de loteos y urbanización no planificada, que además genera la construcción de nuevas bajadas a lo largo de los acantilados.

Sería deseable que el proyecto de declaración del AICA El Cóndor como Área Natural Protegida, hoy en discusión en la legislatura rionegrina, pueda ser prontamente aprobado.

De ser así Río Negro pasaría a ser la primera provincia patagónica de la Argentina, y una de las primeras del país, en tener todas sus áreas importantes para la conservación de las aves legalmente protegidas. Una decisión atinada, que sería celebrada por la comunidad local e internacional y por los miles de veraneantes que ya eligieron a Río Negro como un destino frecuente y que, anualmente, exigen playas limpias y un entorno en armonía con la naturaleza.

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