A fines del año 2010, una de las noticias que impactó en el ambientalismo es la mortandad masiva de aves en los estados de Arkansas y Lousiana, de los Estados Unidos de Norteamérica.
Este tipo de sucesos, que ocurren esporádicamente, tienen entre sus causantes potenciales la falta de alimento o hambrunas, enfermedades galopantes, fuertes tormentas u otros temporales o la colisión de bandadas enormes con estructuras hechas por el hombre.
A estas opciones, se sumaron los disturbios sónicos y lumínicos provocados por el uso de pirotecnia durante los festejos de fin de año, que habrían influido negativamente en los sistemas de orientación de las aves afectando el sistema nervioso de forma aguda hasta ultimar varios miles de individuos.
Los investigadores de la Sociedad Nacional Audubon de Estados Unidos, que integra la prestigiosa red BirdLife International representada en nuestro país por Aves Argentinas, están abocados a dilucidar esta situación que aun no tiene una respuesta unívoca.
Afortunadamente, las especies en cuestión no están en serio riesgo de extinción. Entre las impactadas, los tordos cabeza café y el estornino común puede descansar en bandadas que van desde miles individuos hasta varios millones.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que en la última década se ha estimado que numerosas aves que pensamos comunes están declinando notablemente. En Europa, por ejemplo, especies como el gorrión -la misma especie que se introdujo en la Argentina durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento- o el jilguero europeo, en la última década han mostrado significativas mermas poblacionales, información que fue posible gracias a los censos en los que participan que decenas de miles de observadores de aves anualmente.
Semanas atrás, David Yarnold, presidente de la Sociedad Nacional Audubon ante el episodio de las mortandades masivas, comentó "aunque sea un hecho aislado, es vital que prestemos atención porque habitualmente el destino de las aves está ligado al nuestro. Ellas respiran el mismo aire que nosotros y son parte de la misma cadena vital que nos sostiene".
En síntesis, esta situación desafortunada que no tendría un impacto agudo en temas de conservación de la biodiversidad, igualmente debe contribuir a que reduzcamos los riesgos del accionar humano que, al parecer en todo el mundo, está ocasionando efectos no deseados y que se suman sí a otros problemas reales que enfrentamos junto a las aves: la destrucción de hábitats a gran escala, las consecuencias del cambio climático y la introducción de especies exóticas.
